La Feria del Caballo ha sido la responsable del parón quincenal que ha sufrido este blog; pero a su vez, la propia feria me ha proporcionado la idea para escribir esta entrada:
el lunes de feria me encontré con
José Suárez, compañero del equipo de baloncesto de La Asunción (este año llamado "Clydent 2000") y ayer sábado me topé con otro compañero,
David Flores.
Desde que era chiquitín les llevo viendo ametrallar los aros del Poli jugando pachangas. Dos auténticas máquinas, que, además de su calidad para el deporte que inventó el profesor Naismith, son dos de las personas más tranquilas, serenas y nobles que he conocido. Es realmente difícil escucharles levantar la voz, alterarse e incluso oírles un taco, están hecho de una pasta especial.
José y
David son gitanos. Algo que, a estas alturas, a mí no me dice ni fu ni fa, pero, debido a que los blogs pueden ser leídos por cualquier persona del mundo (qué optimista soy, jeje), quiero hablar de la situación de los gitanos en Jerez, en mi barriada y en el Poli:
Jerez, lugar gitano donde los haya, es la ciudad donde probablemente mejor integrado esté el pueblo romaní: la inmensa mayoría de los gitanos jerezanos son gente de clase trabajadora, con sus problemas para llegar a fin de mes como cualquier hijo de vecino. Y, al igual que los gachós (en Jerez, a los payos se les llama así), hay de todo: carniceros, camareros, cocineros, taxistas, médicos, abogados... (sí, han leído bien: médicos y abogados).
Esta integración, por supuesto, se refleja en La Asunción y en el Poli: muchos vecinos míos y amigos del Poli son gitanos, por tanto, no crecí ni me eduqué en los tópicos que se suelen decir sobre ellos. Todo lo contrario, algunos de los "tópicos" que inundaban mi mente acerca de los gitanos eran los siguientes: tienen un altísimo concepto de la familia y del cuidado de la misma, tienen un don natural para el cante y el baile, son muy cariñosos y atentos...
He hablado de
David Flores y
José Suárez como podía haberlo hecho de otros muchos gitanos del poli... como por ejemplo,
los Peña.
Los Peña llevan el kiosco del Poli desde hace ya, creo, más de 15 años, pero además de lo alucinante que es la familia de
la Chica, han sido esenciales para mantener vivo el Poli: todos los hijos de
la Chica han jugado/entrenado en el equipo de futbito de La Asunción, y todos los nietos han pasado su infancia allí, y su adolescencia. Por cierto,
David Flores es primo de
los Peña.
Podría seguir contando historias gitanas del Poli, pero, por dos razones no lo hago:
1. Hay tiempo para escribirlas todas.
2. ¿Para qué separar las historias de los gitanos? Si estoy diciendo que siempre hemos estado mezclados y nunca hemos mirado eso, sería incoherente que yo aquí me afanara en hacer la separación. Un ejemplo: se le da tan poca importancia a ser gitano o gachó que, realmente, (en Jerez incluso es al contrario: muchos niños gachós se dicen gitanos porque en Jerez, ser gitano es prestigioso) hay muchas personas del Poli cuya genética desconozco.
Si he escrito este post, es por la razón que aludí al principio: quiero que el mundo vea cómo son aquí los gitanos... y cómo son los gachós.